Mirador de la Historia, porque es una de las ciudades más antiguas del mundo, pues tras las murallas de su ciudad vieja, construida hace cuatro siglos por Solimán el Magnífico, se alzan tres importantes santuarios de las tres grandes religiones monoteístas: El Muro de las Lamentaciones, la Iglesia del Santo Sepulcro y la Mezquita de la Cúpula de la Roca. El Judaísmo, el Cristianismo y el Islam se dan cita en esta antigua ciudad, testimonio de su herencia común.

Sus míticas murallas cuentan con ocho puertas. Siete están abiertas y una permanece sellada. Las cuatro puertas principales: la Puerta de Yafo, de Damasco, de los Leones y la Puerta de Sión, fueron construidas de acuerdo a los cuatro puntos cardinales, y se dirigen hacia las principales ciudades del país. En Jerusalén Este, se encuentra la Ciudad Vieja, con los principales lugares de atracción turísticas, la Iglesia del Santo Sepulcro, el Muro de los Lamentos, único resto del Segundo Templo de Jerusalén, y el Monte del Templo o Explanada de las Mezquitas, lugar también sagrado para los musulmanes, con la Cúpula de la Roca como uno de los lugares destacados de la religión islámica, por ser considerado el lugar desde el cual Mahoma ascendió al cielo. La Cúpula de la Roca, el edificio más hermoso de Jerusalén, es la tercera de las cuatro maravillas del Islam. Esta sagrada roca es el monte Noria, donde Abraham estuvo a punto de sacrificar a su hijo Isaac y donde, mil años antes de Jesús, el rey Salomón edificó su templo. Pero Jerusalén no es sólo interesante por su pasado sino por la experiencia que proporciona recorrer la ciudad antigua, contemplar la puerta de Damasco, caminar por la Vía Dolorosa, visitar la Iglesia del Santo Sepulcro o la tumba del Rey David. Guardar silencio ante el Muro de las Lamentaciones o interiorizarse en el Huerto de los Olivos, perderse en el bazar o sentarse al atardecer en algunos de sus cafés.